Sus manos que eran blancas se volvieron rojas
tuvo que aferrarse con las uñas para no caer.
Necesitaba algo que le sujetara
aunque sintió que todos le miraban
nadie se movió.
Porque el miedo anuló los sentidos
y nos hizo perder la noción.
La indiferencia nos hace tan frÃos
siento piedras en el corazón.
Su voz que era dulce
se rompió en pedazos
tuvo que desgarrarla
hasta faltarle la respiración.
Su voz estaba sola frente a los demás
aunque sintió que todos le miraban
nadie se movió.
Porque el miedo tapó los oÃdos
y nos hizo volver a dudar.
La indiferencia nos hace tan frÃos
siento piedras en el corazón.
Porque el miedo tapó los oÃdos
y nos hizo perder la razón.
La indiferencia nos hace tan frÃos
siento piedras en el corazón.
Porque el miedo anuló los sentidos
y nos hizo perder la noción.
La indiferencia nos hace tan frÃos
siento piedras en el corazón.