Una vida artificial es lo que tengo,
aislado en un cuarto de hospital.
Me alimento a través de una sonda
y respiro gracias a una máquina.
Puedo sentir su presencia a mi lado,
desean que despierte pero es imposible.
Terminen ya con esta larga agonÃa,
desconecten los cables y déjenme partir.
Mucho peor que estar muerto
es soportar esta vida sin dignidad.
No debà sobrevivir al accidente,
todos debimos morir en la explosión.
Si los músculos atrofiados respondieran,
les harÃa pagar lo que me han hecho.
Son años de sufrimiento en vano,
deseando morir a cada momento.
Mis manos serán como tenazas,
presionaré sus cuellos con fuerza.
Disfrutaré sus gritos ahogados
y el dolor reflejado en su mirada.
La venganza es un placer incomprendido:
sueño con sus rostros desencajados,
los ojos saliéndose de las órbitas,
la lengua hecha un nudo en la boca.
Asesinaré a cada uno de ellos.
Con cada muerte volveré a la vida.
¡Qué placer he de sentir!