El interrogatorio ha sido intenso,
ante estas contundentes evidencias
el sospechoso asume su culpabilidad.
Nadie puede disimular su asco
al observar la masa de vómito rojizo
en el que se distinguen jirones de piel.
El método siempre era el mismo,
conseguÃa vÃctimas en la carretera.
La mayorÃa eran estudiantes haciendo autoestop.
Por lo general descuartizaba los cuerpos
antes de guardarlos en la congeladora.
Los huesos y las vÃsceras no le servÃan,
sólo se quedaba con la carne más tierna.
Por las noches trabajaba en el taller,
trituraba todo en la carpinterÃa,
colocaba el cuerpo en una bolsa negra,
arrojaba todo al rÃo más cercano.
La carne humana tiene un sabor dulce
(como un buen entrecot de cerdo).
Las partes blandas son mis favoritas,
se cocinarán en la olla a fuego lento
El menú del dÃa siempre es diferente:
una tortilla de sesos para el desayuno,
un trozo de muslo asado en el almuerzo
y un filete a la plancha para la cena.
En ocasiones invitaba amigos a comer.
Jamás tuvo una queja al respecto,
les servÃa los trozos más tiernos y jugosos.
Devoraban los platillos con avidez
sin saber que estaban cometiendo canibalismo.
Sólo él conocÃa el verdadero secreto.